MYKONOS REINVENTA LA TABERNA

No es blanca y azul, no tiene vista al mar y nadie rompe los platos al son de la música. Sin embargo, los encantos de su carta y el espíritu festivo del lugar ya dan que hablar en una de las islas más animadas del Egeo. Así es Noema.

El clima zen, la paleta de colores tierra y un aire de sofisticación indisimulable parecerían ubicarlo en la antípodas de las clásicas tabernas griegas. Sin embargo Noema, este nuevo reducto de Mykonos que funciona a la vez como bar, restaurante y discoteca, toma la posta de aquella vieja tradición y parece reinterpretarla exitosamente. 

Discretamente escondido pero a pasos de las calles más animadas de Chora, donde todo sucede, el lugar fue diseñado por Lambs & Lions, un estudio berlinés, en colaboración con la firma de arquitectos locales K-Studio. Detrás de todos ellos, la mano de un exitoso y poderoso empresario británico, Richard Caring, co-propietario de la sofisticada cadena Soho-House y dueño de varios restaurantes por el mundo. 

Todo sucede en torno a un patio central (que alguna vez fue el cine al aire libre de la isla), y las áreas reservadas para beber, comer y bailar están debidamente separadas aunque conectadas al mismo tiempo. La comida y la bebida, dicho sea de paso, se sirven y se comparten al estilo de las tabernas de antaño, con algo de fiesta comunitaria, al tiempo que los sets de DJ’s y la sesiones de música en vivo (unplugged, claro), suman otros atractivos más allá de la carta.

El diseño interior, alejado del blanco y azul que predomina en las islas, evoca más las rocas del lugar que sus aguas y arenas, y combina elegantemente ciertas dosis de brutalismo que imponen el hormigón y el cemento pulido, con toques artesanales y tropicales.  

En cuanto a la oferta gastronómica propiamente dicha, cabe señalar que la cocina (a la vista, para más datos), está en manos del veterano chef local Athinagoras Kostakos, y que el menú descansa en pescados y vegetales. El pulpo con oximel y orégano silvestre, la caballa en salsa de verbena de limón y la remolacha carbonizada con pesto de avellanas y yogur colado fueron algunos de los platos estrella de la temporada estival. 

La filosofía del lugar se apoya en lo sustentable, lo local y lo estacional, siempre bajo la premisa “de la granja a la mesa”. Para dar fe de ello, en la cocina de Noema no faltan ingredientes como los quesos y el cordero de Naxos, las verduras orgánicas de Tinos, los tomates de Santorini o los mariscos de Paros. 

Esa corriente inunda también el bar, donde los aperitivos y los cócteles se ven beneficiados por la incorporación de licores artesanales, hierbas locales y frutas de temporada. Redondeando la propuesta, una tienda conceptual adyacente al restaurante, con algo de galería y algo de boutique al mismo tiempo, pone al alcance de los visitantes una pequeña muestra de lo mejor del diseño y la moda de la Grecia contemporánea: desde vestidos y zapatos hasta joyas, libros y objetos para la casa. 

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