BRINDIS REAL EN LONDRES
¿Qué tal un ponche en el Cecil Beaton Bar en honor de la reina? Esa es una de las propuestas del Royal Drury Lane para el jubileo de platino que en estos días sacude la capital británica. Renovado recientemente, este viejo teatro londinense es hoy un destino artístico y gastronómico de la mañana a la noche.
Es apenas una excusa, claro está: celebrar a la reina Isabel con un trago que mezcla su gin favorito (No.3 London Dry Gin, para más datos), Dubonnet, té Earl Grey, jugo de limón y ginger ale. Lo bautizaron Queen’s Punch, y lo sirven en el bar Cecil Beaton, donde los tragos de autor llevan la firma de Tristan Stephenson y los interiores están inspirados en el vestuario de Mi bella dama.
El bar es apenas uno de los cuatro espacios gastronómicos del Drury Lane, que luego de su fenomenal puesta a punto (70 millones de euros para restaurar el esplendor Regency de un edificio que data de 1812 y alberga al más antiguo teatro de Londres en funcionamiento) se ha convertido en un punto de encuentro obligado mucho más allá (y más acá) de su cartelera de espectáculos.
Hay también un jardín abierto que funciona todo el día para café, cócteles y platos ligeros; una terraza con su propio menú de tragos y platos que funciona hasta tarde en la noche, y un salón principal en el que cada día se sirve el té de la tarde.
Inspirado tanto en la era Regency, el afternoon tea siempre tiene lugar bajo los techos ornamentados y los grandes candelabros del Grand Saloon, y se sirve en porcelana fina firmada por los diseñadores británicos Kit y Willow Kemp. La ceremonia, liderada por los tés de la Rare Tea Company y los sandwiches, los scones y las pastries de rigor, es rematada por las burbujas del champagne Taittinger y el helado de absenta con chispas de chocolate y menta que es el sello de Lily Vanilli, la pâtissier del lugar.
Hasta el 18 de junio, el té de la tarde del Royal Drury Lane se pone aun más majestuoso para estar a tono con el jubileo: una torta esponjosa de chocolate negro llega a la hora de los postres y viene cubierta con crema de manteca lila y coronas de fondant, sin mencionar el Ponche de la Reina que, según afirman, es tan fresco y ligero que se lleva perfectamente bien con este rito.
La tercera y última propuesta del teatro para el jubileo es un tour guiado nocturno por el backstage, que hace énfasis no sólo en la historia del edificio sino en los escándalos que allí tuvieron lugar. Más Londres, imposible.