A LA MESA EN CANNES
No sólo de cine vive la Costa Azul. Mientras el mundo espera saber quién se queda con la preciada Palma de Oro del festival, La Petite Maison se lleva en estos días los aplausos de los turistas (y cinéfilos) que desembarcan en Cannes en busca de la buena mesa.
Las vistas son de película: una panorámica desde Antibes a las islas Lérins, para ser contemplada serenamente desde un ambiente contemporáneo en el que el Mediterráneo se impone como el corazón de la casa, y dice presente tanto en el espíritu del diseño de interiores como en los ingredientes que animan los platos.
Los antecedentes, muy respetables, porque La Petite Maison viene de dar cátedra en materia de cocina provenzal también en la vecina Niza.
En este reducto de Cannes, es el chef Yiannis Kioroglou quien tiene la sartén por el mango y despacha cenas y almuerzos en los que no faltan tentaciones como los buñuelos de calabacín, los ñoquis al tomate fresco, los huevos revueltos con trufas o la lubina en costra de sal.