EL NUEVO CLICK DE MANHATTAN
Es uno de los estrenos del año en Nueva York: Fotografiska, el museo sueco dedicado a la imagen, acaba de abrir su primera sucursal global en una vieja iglesia a cuadras del Flatiron. Y en pocos días inaugura su elegante restaurante, Veronika, que promete un viaje culinario de París a Budapest.
Todo sucede en una vieja iglesia episcopal, fechada hacia 1894 y catalogada como patrimonio arquitectónico de Nueva York, en el cruce de Park Avenue South y la calle 22, a medio camino entre Union Square y Madison Square Park, a pocas cuadras del célebre y fotografiadísimo Flatiron Building.
En la planta baja de este edificio de inspiración neorrenacentista (reciclado a nuevo por CetraRuddy) funcionarán el infaltable café y la ya inaugurada tienda de recuerdos, que hace foco en libros de arte y en una selección de objetos de diseño.
Bautizado en honor a la santa patrona de los fotógrafos, Veronika es el restaurante del segundo piso, concebido a la manera de los grandes cafés de la vieja Europa por Stephen Starr, capitaneado en la cocina por Robert Aikens y diseñado por el célebre estudio neoyorquino Roman and Williams. Con apertura prevista para el 27 de diciembre promete servir, entre otros clásicos, pollo a la Kiev, Wiener schnitzel, coulibiac de salmón, caracoles y langosta.
Más arriba, el plato fuerte y la razón de ser de la casa: tres pisos consagrados a la fotografía contemporánea que despacharán entre cuatro y seis exhibiciones temporales a la vez, procurando un cuidado balance entre firmas consagradas y talentos emergentes, y mostrando desde retratos de familia hasta fotografía abstracta.
El conjunto se corona, en el sexto piso, con un espacio multifuncional pensado para conciertos, charlas y exhibiciones especiales.
Tal y como sucede en la casa matriz fundada el 2010 en Estocolmo por los hermanos Jan y Per Broman, esta sucursal neoyorquina no se plantea como una institución cultural sueca y pretende ser mucho más que un museo dedicado a la fotografía: un entretenido punto de encuentro donde pueden caber, al mismo tiempo, una conferencia sesuda, una cata de vinos y una fiesta animada por DJ’s. Habrá que ver.