UN TÉ EN SHANGAI
El estudio de arquitectura y diseño Spacemen apostó a una estética vanguardista para ambientar Icha Chateau, una flamante casa de té y restaurante en el distrito de Fengsheng Li que en nada recuerda a las teterías tradicionales del país. ¿La inspiración? Las ondulantes colinas rurales donde se cultiva la planta, aquí reinterpretadas con un criterio casi escultural.
El efecto es deslumbrante: un exterior severo de ladrillo, vidrio y metal donde una jaula de bronce evoca la forma de una tetera y moderniza la fachada de un edificio de mediados del siglo XIX. Puertas adentro, un dosel hecho de 35 mil metros de cadenas doradas dibuja un paisaje tan ondulado como las colinas donde se cultiva la Camellia sinensis. Un enorme espejo duplica el espacio y, al mismo tiempo, multiplica los reflejos de tonalidades oro, bronce y cobre.
Las cortinas metálicas que parecen llover desde el techo son, a la vez, una sugerente invitación al tacto, una garantía de privacidad entre mesa y mesa, y una elegante forma de enmascarar pilares, equipos de aire acondicionado y artefactos de iluminación que no serían especialmente gratos a la vista. El efecto se redondea con la paleta baja de la tapicería, el gris del piso y el negro que se apodera de los baños.
El resultado está a la vista: una modernísima guiñada estética a la China rural en el corazón de una metrópolis que crece sin parar.