TURQUÍA HABLANDO EN PLATA

En una calle del viejo distrito financiero de Estambul, el centro cultural SALT Galata acoge hoy al Museo de la Banca Otomana, que durante más de un siglo tuvo allí su sede. El fascinante despliegue de documentos, exhibidos incluso en las bóvedas del viejo banco, no sólo habla de la historia de esa institución: también, de la vida cotidiana en la ciudad.

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El acervo consta básicamente de documentos, fotografías, planos y notas de prensa, a los que cabe sumar una deliciosa memorabilia de la institución, que incluye libros de caja, billetes, fichas del personal y datos de los clientes. A lo largo y ancho de tres pisos y un subsuelo, esa muestra de carácter interactivo rinde cuenta de la historia de una institución fundamental para entender el Imperio Otomano y arroja luz sobre el complejo período de transición entre esa vieja Turquía y la República proclamada en 1923.

La Banca Otomana se estableció de forma privada en 1856 y pasó a ser el banco estatal del imperio en 1863, extendiendo progresivamente su largo brazo desde Libia hasta Irak. Tras el advenimiento de la República y la aparición del Banco Central, se convirtió en un banco comercial en 1931 y pasó a manos privadas. Después de cambiar de firma un par de veces, cerró definitivamente sus actividades en 2001.

El museo se abrió en 2002, poniendo al alcance del viajero una historia y un edificio fascinantes, de visita obligada para quien quiera entender mejor el pasado de Estambul. Y poner las crisis del presente en perspectiva.

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