SILENCIO (Y SABOR) EN IBIZA

El Silencio ya era un destino obligado en la isla, pero este verano suma un tentador atractivo: Mauro Colagreco y Federico Desseno desembarcaron allí para cocinar a las brasas, y el beach club más mentado de las Baleares promete convertirse en el parador gourmet de la temporada.

Para quien todavía no lo sepa, Mauro Colagreco es el chef argentino que, al frente de Mirazur, su restaurante de Menton, en la Costa Azul francesa, cosechó no una ni dos sino tres estrellas Michelin. Federico Desseno, claro, es su compatriota instalado en Uruguay, donde reina en José Ignacio con Marismo y en Maldonado con La Cantina del Vigía.

En cuanto a El Silencio, es un club de playa nada ortodoxo que hunde raíces en el antro parisino subterráneo abierto en 2011 por el mismísimo David Lynch. Una década después, su socio Arnaud Frisch replicó la idea de un lugar que combinara cultura, música y gastronomía… pero en la playa, y llevó El Silencio de un sótano oscuro de la rue Montmartre a la luminosa Cala Moli en Ibiza.

Este verano, la llegada de los dos cocineros sudamericanos viene a confirmar que el lugar está decidido a afianzar su perfil gastronómico y no quedar en el recuerdo sólo por su prosapia de culto y su encantador ambiente.

La propuesta que llega a la mesa respeta el estilo de vida mediterráneo pero hace énfasis en la parrilla, de modo que buena parte de los ingredientes locales terminan indefectiblemente en el fuego. Platos livianos, entre los que no faltan el ceviche peruano y unas cuantas ensaladas frescas, abren la carta en nombre de las entradas, a las que siguen clásicos como las gambas a la parrilla, la paleta de cordero acompañada de papas con romero, ajo y limón, o las cigalas rojas grilladas con gremolata. A la hora de los postres hay helados, como corresponde a una playa, y hay churros, como cabe esperar de España; pero no falta el flan con dulce de lecha como guiño local de los nuevos jefes de cocina.

Los aires bohemios que hicieron famoso al lugar se renuevan esta temporada con la instalación Dreamland del brasilero Samuel de Saboia, que a su vez cobijará un restaurante de tapas anexo (El Silencio Inside) curado por el chef Guillaume Sánchez y por el que desfilarán cocineros residentes que se turnarán cada 15 días. Y junto a la piscina, escenario de eventos amenizados por DJ’s y colectivos de artistas, funciona el cocktail bar que sirve comida de playa y los celebrados tragos del mixólogo franco-irlandés Remy Savage. Los que quieran llegar temprano en la mañana, encontrarán también un programa wellness que ofrece, entre otras cosas, talleres de meditación, rituales de cacao y baños de sonido. Así pinta y sabe el verano europeo 2022 en Ibiza.

Mauro Colagreco y Federico Desseno (atrás), este verano al frente de la cocina en El Silencio.