CHECK IN: PATRICIA WOLF

Se hizo conocida como modelo, pero con el tiempo se convirtió en conductora de televisión, actriz y DJ. También le gusta definirse como librepensadora y como una mujer sin miedo. Ahora, descubrimos cómo viaja en apenas 20 respuestas.

Con su esposa, Agustina Zuasnábar, en Jaffa, Tel Aviv.

Con su esposa, Agustina Zuasnábar, en Jaffa, Tel Aviv.

Para empezar, ¿cuál es el primer viaje fuera de fronteras que atesora su memoria?

Recuerdo muy bien mis primeros viajes sola, viajes de trabajo. Después de quedar en tercer lugar en el concurso Look of the Year, Uruguay 94, que organizaban las agencias Valentino Bookings y Elite Internacional, fui convocada a participar de otros concursos representando a Uruguay: uno en Bolivia y otro en El Salvador. Ese viaje me interesó mucho, sobre todo porque tenía que hacer escala en Estados Unidos. Recuerdo perfectamente la sensación que tuve antes de que despegara el avión. Empezaba a viajar sola por el mundo. No olvido más esa sensación, fue como mi motor de ahí en más. Cerrar los ojos, respirar hondo, saltar, confiar: el mundo estaba ahí adelante para descubrirlo.

¿A qué lugar del mundo quisiera volver una y otra vez?

A Tulum. Es el lugar donde más a gusto me sentí en la vida. Quizás lo idealicé porque fuimos de Luna de Miel allí con Agus. Cada vez que vivo un momento estresante, cierro los ojos y lo que veo es ese lugar, con un clima cálido, el movimiento suave de las palmeras, la música que te arrulla, la comida tan deliciosa como sana y la calidez de la gente. Cada tarde vas por ese paisaje selvático acompañado del humo sagrado del copal.

¿Cuál es el mejor hotel en el que se haya alojado?

He tenido la oportunidad de alojarme en lugares maravillosos. Por ejemplo, cuando estuve en Sudáfrica haciendo el programa Estilo. O cuando viajé a Cap Ferrat y Mónaco, como training manager de Carita. Pero descubrí que prefiero los hoteles chicos, tirando a rústicos y en contacto con la naturaleza. Mi preferido es el Be Tulum. Es una pequeña selva conformada por bungalows con playa privada y restaurante en la arena.

¿Y el mejor restaurante en el que se haya sentado a comer?

Maresias, en el hotel Be Tulum.

Describa el almuerzo o la cena más memorable de su último viaje.

Fue con Agus en Notting Hill, en un típico pub inglés que se llama The Sun In Splendour. Está en la Portobello Road, que los sábados se convierte en una gran Tristán Narvaja. Después de recorrer anticuarios y caminar mucho es un placer tomarse una cerveza helada y disfrutar de un almuerzo típicamente británico. A Agus y a mí nos encanta la comida de ese país. Cada vez que vamos nos volvemos con algunos kilos de más. Pedimos el pastel de carne o steak pie, que no tiene nada que ver con el uruguayo. Es un pastel hecho con estofado y salsa de carne, envuelto en una cáscara de hojaldre y acompañado por papas fritas. También comimos salchichas con puré. De postre, el tradicional sticky toffee pudding, un bizcochuelo muy húmedo, cubierto con una salsa de caramelo y que a menudo se sirve con crema o helado de vainilla. Obviamente, después de eso se necesita una siesta.

Evoque un museo, un cuadro o cualquier otro encuentro con el arte que la haya conmovido especialmente andando por el mundo.

Me impresionó mucho ver El jardín de las delicias de El Bosco, en el Museo Del Prado, en Madrid. Es intensa y cargada de simbología. Uno puede quedarse un rato largo descubriendo cada parte de la obra… y es increíble que tanta belleza hable del pecado.

Mencione un libro, una película y/o un disco que la hayan inspirado a viajar a algún lugar.

Cuando era chica me regalaron un libro para niños de mitología griega y me apasioné con el tema. Años más tarde pude ir a Grecia, por trabajo, y conocer el lugar que tanto había imaginado. Me encantó poder unir todo. 

¿Qué destino la desilusionó por completo o no estuvo a la altura de sus expectativas? ¿Por qué?

Rio de Janeiro en año nuevo fue un gran fracaso. Pero la culpa no la tiene Rio. Creo que en realidad nos equivocamos al elegir esa fecha porque queríamos descansar y la ciudad estaba llena de gente y los servicios saturados. No la pasamos tan bien.

¿Qué es lo que no puede faltar en su valija cuando sale de viaje?

Jeans, remera de algodón y mi campera de cuero.

Mencione uno, dos o tres souvenirs de viajes que ocupen un lugar importante en su casa y en su corazón.

En unos días libres durante un viaje de trabajo a México, visité las ruinas de Teotihuacán. Y en un pequeño museo encontré un Popol Vuh ilustrado, que es como la biblia de los mayas. Yo lo había estudiado en el liceo y lo conocía. Pero lo que más me llamó la atención fueron las ilustraciones. Eran hermosas y llenas de color y vida. Guardé ese libro sin imaginar que años después sería uno de los libros preferidos de Dani, mi hijo.

El viaje perfecto es: ¿sola, en pareja, en familia, con amigos o en grupo?

Gran parte de mi vida viajé por trabajo, sola. Y la verdad es que lamenté mucho no poder compartir esas vivencias. Por eso prefiero viajar en pareja, con amigos o en familia.

¿Cuál es, para usted, la calle más linda del mundo?

Columbia Road, en Londres, los domingos, cuando se convierte en mercado de flores.

Un rincón del planeta especialmente recomendable para deslumbrar la vista.

Alsacia, en Francia, y Windermere en Lake District, Reino Unido.

¿El olfato?

En el Mercado Levinsky de Tel Aviv se encuentran las especias más variadas de Medio Oriente. Es un deleite para todos los sentidos pero muy especialmente para el olfato.

¿El oído?

Berlín, por la música.

¿El gusto?

Tel Aviv, por la comida sana y sus sabores.

¿Y el tacto?

México, por lo rústico.

Si pudiera convencer a una celebridad internacional, de cualquier tipo, para que la guiara por el lugar donde vive, ¿a quién elegiría y qué le pediría que le mostrara?

Le pediría a Kate Beckinsale que me hiciera un tour por Reino Unido.

¿Cuál es el destino pendiente que ahora mismo la obsesiona?

Australia.

Cuando vuelve de viaje Montevideo le parece…

Amo Montevideo y la extraño cuando me voy mucho tiempo. Sólo cambiaría que la gente tuviera mayor amor por la ciudad. Revalorizar cada rincón. Tomar conciencia de que juntos la podemos embellecer día a día.

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