BRINDIS EN EL CONNAUGHT
Desde hace años, el bar del Connaught Hotel es uno de los rincones más sabrosos y elegantes de Londres. Ahora, la célebre guía de los 50 Best acaba de nombrarlo como el mejor bar del mundo. ¿Qué se bebe en este selecto reducto de Mayfair?
El veredicto de la guía auspiciada por Perrier, que se conoció este 5 de noviembre, dice que es difícil pensar en otro bar, de cualquier lugar del mundo, que haya hecho de la excelencia una rutina tan sencilla como la que ha consolidado el Connaught de Londres, escondido en el hotel del mismo nombre. Capitaneado por Ago Perrone, Giorgio Bargiani y Maura Milia, el celebrado bar evoluciona año tras año pero no es esclavo de tendencias ni se desvive por llamar la atención. Por el contrario, los expertos han sentenciado que su impecable servicio mantiene un aplomo similar al del diseño del lugar, y que todo es perfecto en la medida justa.
Como una guiñada retro, un icónico carrito recorre el salón y despacha los mejores Dry Martinis de la ciudad, al tiempo que la innovación corre por cuenta del menú Formae, que homenajea las formas que David Collins escogió para la decoración del recinto: un espacio inspirado en el arte cubista inglés e irlandés de los años 20 en el que reinan los grises, las paredes cubiertas de hojas de plata, el cuero y el metal.
¿Pero qué se bebe -y qué se come- en este templo londinense?
La carta Formae propone cócteles multidimensionales: una colección de tragos, unos más atrevidos, otros más sutiles, firmados por los creativos mixólogos del Connaught, que recurrieron a sabores del pasado y del presente. ¿Algunos ejemplos? El Magnetum, que mezcla whisky y jerez con leche y jugo de ananá, entre otros ingredientes; el Juno, que conjuga gin, té de jazmín, jugo de limón y soda de menta; o el Bumblebee, que lleva vodka infusionada con frutos rojos, sal, pimienta, champagne y vinagre de uvas.
Los menos osados podrán echar mano al Bloody Mary de la casa, al Connaught Martini o al Faraway Collins, que le da una inesperada vuelta de tuerca al veterano Tom Collins con ingredientes frescos. Entre las “obras maestras” de la carta, la lista incluye el Good Fellas, nueva versión del Fanciulli nacido en la década del 30 en el Waldorf Astoria de Nueva York, que aquí sirven con cardamomo y vinagre balsámico; y el Vieux Connaught, que suma sabores ahumados y aromáticos al ron y al vermú que lleva el Vieux Carré originado en Nueva Orleans.
Naturalmente, la carta se prolonga con decenas de whiskies (irlandeses, escoceses, americanos y japoneses); rones, tequilas y mezcales para todos los gustos; vodka, gin, grapa y cognacs varios; y generosísimas listas de vinos y champagnes, sin contar con los tragos sin alcohol y otro tipo de bebidas.
Para acompañar todo ello, un acotado menú que incluye desde caviar Beluga hasta sandwiches y pizzas, amén de platos pequeños en los que asoman el jamón crudo, las alcachofas, el salmón o los langostinos, y los infaltables canapés.
