CHECK IN: ALFREDO ETCHEGARAY

No necesita mayor presentación entre sus compatriotas, y aunque pasen los años él siempre seguirá siendo Alfredito. Relacionista público, empresario y playboy son tres líneas que nunca faltan en su biografía. Aquí, con las preguntas viajeras de cada semana, nos concentramos en su perfil cosmopolita.

En Venecia, de punta en blanco.

En Venecia, de punta en blanco.

Para empezar, ¿cuál es el primer viaje fuera de fronteras que atesora su memoria?

Poco después de cumplir la mayoría de edad recorrí, solo, cien pueblos de Europa, sus calles y museos, durante meses. Desde el norte (Dinamarca, Noruega, Suecia e Inglaterra), hasta el sur (Grecia, Portugal, Italia, España y Malta), pasando por Luxemburgo, Alemania, Bélgica, Francia, Holanda, Austria, Mónaco, etcétera. Me enriquecieron la diversidad cultural, la historia y las familias que conocí.  

¿A qué lugar del mundo quisiera volver una y otra vez?

Me impactó la Polinesia Francesa. Sus islas Moorea, Bora Bora, Ranguiroa; su desborde de colorida naturaleza y sus bailes.

¿Cuál es el mejor hotel en el que se haya alojado?

Los de la cadena Aman Resorts, integrada a la naturaleza y a la cultura. En cuanto al mejor hotel de ciudad, diría The Setai, en Miami. Pero también destacaría varios hoteles boutique de pueblitos: el Villa Playa, de la reserva natural de Tayrona, en Colombia, o tantos hoteles dentro del agua en las islas.  

¿Y el mejor restaurante en el que se haya sentado a comer?

Como el vino, el mejor restaurante es el próximo. Pero destaco El Mercado, en Lima, por su gastronomía. En Uruguay, La Huella, en José Ignacio, porque considera todos los detalles para lograr una experiencia sensorial completa. También Saravá, Marismo y El Abrazo, de Federico Gasparri. En el mundo hay muchos y muy interesantes restaurantes. A veces, un pequeño y desconocido lugar te sorprende. En cuanto a Uruguay, le falta diversidad gastronómica.  

Describa el almuerzo o la cena más memorable de su último viaje.

Una romántica cena con mi señora, embarazada de siete meses, en el patio del histórico edificio del Hotel Santa Clara, en Cartagena de Indias. Fue muy mágica.  

Evoque un museo, un cuadro o cualquier otro encuentro con el arte que lo haya conmovido especialmente andando por el mundo.

El Museo Nissim de Camondo, en París.  

Mencione un libro, una película y/o un disco que lo hayan inspirado a viajar a algún lugar.

Un film con Mel Gibson incrementó mi interés por las tierras, pueblos y cultura de Escocia.  

¿Qué destino lo desilusionó por completo o no estuvo a la altura de sus expectativas? ¿Por qué?

Mi única visita a la Patria Gaucha, en una de sus primeras versiones, invitado por autoridades. Desorganizado y con polución de mobiliario de plástico.  

¿Qué es lo que no puede faltar en su valija cuando sale de viaje?

Lo mínimo y, de ser posible, un contenido no mayor a ocho kilos, para no ser esclavo del peso. Si el viaje incluye grandes ciudades y encuentros con personalidades, un smoking. Y siempre, un short para baños. 

Mencione uno, dos o tres souvenirs de viajes que ocupen un lugar importante en su casa y en su corazón.

No me gustan los souvenirs. Antes compraba CD’s del lugar que visitaba, o de bandas como Pink Martini, pero ahora escucho toda la música en Jazz Radio.  

El viaje perfecto es: ¿solo, en pareja, en familia, con amigos o en grupo?

El viaje perfecto siempre incluye afectos: pareja, familia y amigos.  

¿Cuál es, para usted, la calle más linda del mundo?

Prefiero las callecitas de los pueblitos con historia, con cultura e identidad preservada; o las de los lugares integrados a la naturaleza, o con canales de agua, como Brujas; o las calles donde tengo amigos…

Un rincón del planeta especialmente recomendable para deslumbrar la vista

Rincones para deslumbrarse y disfrutar con todos los sentidos hay miles. Por mis orígenes, soy sensible a los pueblitos del País Vasco, como St. Jean Le Pont y varios más. Extremo Oriente tiene sus misterios. También me fascinaron la bahía de Phang Nga y la isla de Phuket, en Tailandia. 

Si pudiera convencer a una celebridad internacional, de cualquier tipo, para que lo guiara por el lugar donde vive, ¿a quién elegiría y qué le pediría que le mostrara?

A alguno de Los Beatles, a Rowan Atkinson (Mr. Bean), a tantos aventureros de los mares y de las junglas, a músicos y a escritores… Y si pudiera hacer un viaje en el tiempo, elegiría a Leonardo Da Vinci.  

¿Cuál es el destino pendiente que ahora mismo lo obsesiona?

Una vuelta al mundo, de cien pueblos y cien culturas. Y como fantasía, un viaje al pasado y otro al futuro.  

Cuando vuelve de viaje Punta del Este le parece…

Es el reencuentro con la familia, los amigos y la naturaleza, excepto de junio a setiembre, en que hay menos sol, más frío y más viento.  Pero lo mejor es lo que estamos por descubrir y vivir. En todos los casos, lo más importante para disfrutar es la actitud.

Una selfie frente a la pirámide del Louvre...

Una selfie frente a la pirámide del Louvre...