UNA NOCHE EN LA MURALLA
La polémica está servida, y no deja de ser un provocador botón de muestra para reflexionar hasta dónde puede llegar la industria turística en su afán de reinventarse cada día y de sorprender a viajeros cada vez más exigentes. Airbnb, el popular sitio global de alojamiento, sortea una estadía de una noche en la mismísima Muralla China. ¿Cómo?
Fruto de un acuerdo con la empresa estatal de turismo Beijing Badaling, la plataforma mundial de hospedaje acaba de lanzar un insólito concurso entre los clientes de sus once mayores mercados: Estados Unidos, Gran Bretaña, India, Japón, Corea del Sur, Australia, Francia, Alemania, Italia, España y la propia China. Para alojar a los ganadores por una noche en la Muralla China, el plan es acondicionar una torre ubicada en la sección de Badaling, transformándola momentáneamente en una habitación doble que no tendrá iluminación eléctrica, ni wi-fi… ni techo.
La Muralla China es un monumento histórico de 2.600 años, se extiende por unos 21 mil kilómetros y está protegida por leyes que impiden cualquier obra que no sea de conservación. Sin embargo, no está prohibido pasar la noche en ese recinto consagrado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y de hecho varias compañías locales ya ofrecen programas de “camping”. En cualquier caso, es la primera vez que la muralla sería convertida en “casa de huéspedes”. En defensa de las múltiples críticas que ya ha recibido, Airbnb declaró que “proteger las reliquias históricas y culturales fue la intención original de nuestra actividad”.
El concurso, que se cierra el sábado 11, pide a los participantes que escriban un pequeño ensayo sobre la importancia de derribar barreras culturales. El premio incluye, además de la estadía de una noche para dos, los pasajes aéreos para llegar a China, una cena gourmet en la “habitación” y una caminata guiada a la mañana siguiente. ¿Qué vendrá después de esto?
* Último momento: el miércoles 8, a 24 horas de publicado este post, la prensa internacional anunció que Airbnb había dado marcha atrás. Tras la presión ejercida en internet por las voces críticas, y sin llegar a un acuerdo con las autoridades locales de la zona de la muralla afectada por el concurso, desistió de organizarlo y canceló todo.