CHECK IN: LAURA RAFFO

La conocemos como columnista de Telemundo, consejera de Endeavor y directora de Tao, una empresa de medios y marketing digital. Pero como no sólo de números vive la mujer, esta semana la economista Laura Raffo responde nuestro cuestionario viajero y revela, en 20 respuestas, su costado trotamundos.

Viaje sobre ruedas: con sus hijos Fran y Nacho, en el Central Park de Nueva York.

Viaje sobre ruedas: con sus hijos Fran y Nacho, en el Central Park de Nueva York.

Para empezar, ¿cuál es el primer viaje fuera de fronteras que atesora su memoria?

Recuerdo con muchísima alegría mi primer viaje con mi hermana, mi prima y dos amigas a Nueva York y Europa. Lo viví como una gran aventura ya que íbamos solas y teníamos unos 20 años. Todo era nuevo y lo disfrutábamos: nos subíamos al avión y nos encantaba la comida (parece increíble pero es verdad), prestábamos atención a los videos de seguridad y ni se nos ocurría pedir mejores asientos. En las ciudades que recorrimos caminábamos todo el día, comíamos en McDonald’s y nos sacábamos fotos, que obviamente no podían editarse ni verse en el momento. Lo mejor fue imprimirlas y armar un álbum pegando también los tesoros que juntábamos en cada destino.

¿A qué lugar del mundo quisiera volver una y otra vez?

Adoro París y tuve la suerte de ir muchas veces: la primera en ese viaje a los 20 años, varias más por trabajo y otras tantas por placer. Hice primaria y secundaria en el Liceo Francés, así que manejarme con el idioma me transformó en candidata ideal para cubrir viajes a Francia cuando era periodista. En otras oportunidades fui con amigas o con mi pareja. Mi última visita fue el año pasado, y renové mi amor por esa ciudad.

¿Cuál es el mejor hotel en el que se haya alojado?

Muchos de los hoteles espectaculares que tuve el placer de conocer eran el destino de convenciones o conferencias de trabajo a las que asistí. Recuerdo por ejemplo el Mandarin Oriental de Londres, donde se realizó un panel internacional de Endeavor. Más cerca de Uruguay, el Faena en Buenos Aires. Y el año pasado conocí The New York Edition, en la zona del Flatiron, y me resultó encantador.

¿Y el mejor restaurante en el que se haya sentado a comer?

Disfruto mucho de probar sabores distintos cuando viajo, cosas típicas que no necesariamente se encuentran en restaurantes, sino de paso al caminar. Por ejemplo, las tortillas de maíz azul en el D.F de México, los crepes del Barrio Latino de París, los sándwiches de pastrami en el Katz Deli de Nueva York, los helados en Roma, los pinchos de San Sebastián, la deep dish pizza de Chicago… ¡Sólo de escribirlo me tiento!

Describa el almuerzo o la cena más memorable de su último viaje.

En uno de mis últimos viajes a Nueva York empezamos la noche con unos tragos en The NoMad, y seguimos con una cena en Estiatorio Milos, para terminar con una caminata de regreso por las avenidas de esa divina ciudad.

Evoque un museo, un cuadro o cualquier otro encuentro con el arte que la haya conmovido especialmente andando por el mundo.

En el Orsay de París tuve la suerte de cruzarme con una exposición de Van Gogh donde se mostraba cómo cada cuadro de este artista fue inspirado en uno de Millet. Estaba el cuadro de Millet, en tonos oscuros, y al lado el de Van Gogh como una explosión del color. Fue espectacular.

Mencione un libro, una película y/o un disco que la hayan inspirado a viajar a algún lugar.

La película El Padrino me dio muchas ganas de conocer Italia y pude hacerlo unos años después.

¿Qué destino la desilusionó por completo o no estuvo a la altura de sus expectativas? ¿Por qué?

Me pasó cuando llegué a Lisboa un domingo. Me alojé en el centro, estaba todo vacío, triste, y vi la ciudad poco cuidada. Varios conocidos me dijeron luego que es muy disfrutable, pero a mí, esa única vez que fui, me desilusionó. 

¿Qué es lo que no puede faltar en su valija cuando sale de viaje?

Mi set de cremas, unas chatitas cómodas y un sombrero si voy a un destino con sol.

Mencione uno, dos o tres souvenirs de viajes que ocupen un lugar importante en su casa y en su corazón.

Tengo hasta el día de hoy una carterita que me compré en Florencia, en mi primer viaje a Europa. En el cuarto de mis hijos hay unas pequeñas estatuas de madera de República Dominicana y una fuente de peltre, que pesa muchísimo y que me traje de Ciudad de México. Además, por supuesto, muchos magnets en la heladera.

El viaje perfecto es: ¿sola, en pareja, en familia, con amigos o en grupo?

Adoro viajar y tuve la suerte de hacerlo de esas cinco maneras. Cada una tiene su encanto.

¿Cuál es, para usted, la calle más linda del mundo?

Saint André des Arts, en París.

Un rincón del planeta especialmente recomendable para deslumbrar la vista

La orilla del Támesis al lado del Tower Bridge, en Londres.

¿El olfato?

Un monte de eucaliptus en medio del campo uruguayo.

¿El oído?

Cualquier playa desierta del norte de Brasil donde se escuchen sólo el mar y el viento soplando sobre los cocoteros.

¿El gusto?

Cualquier lugar de Italia donde haya una mesa servida con vino tinto, aceite de oliva, pan de masa madre… y todos los platos que vienen después. 

¿Y el tacto?

Tocar primero con un poco de miedo, y después con confianza, los peces, las plantas y las rocas que se ven haciendo snorkel en Exuma, un paraíso en las Bahamas.

Si pudiera convencer a una celebridad internacional, de cualquier tipo, para que la guiara por el lugar donde vive, ¿a quién elegiría y qué le pediría que le mostrara?

Le pediría a Deepak Chopra que me hiciera un recorrido por la India, me enseñara a meditar y me llevara a los mejores lugares para lograr una mejor espiritualidad.

¿Cuál es el destino pendiente que ahora mismo la obsesiona?

Me encantaría conocer el sudeste asiático. 

Cuando vuelve de viaje Montevideo le parece…

Mi casa.