PARÍS EN PLAN BOUTIQUE

Escondidas a pasos de los grandes bulevares y de los pasajes cubiertos más animados de la capital francesa, estas dos habitaciones vienen a redefinir la idea de hotel boutique. De hecho, se trata más bien de una boutique que ha sumado un hotel en el piso de arriba. Así son Les Suites Cinabre.

Todo sucede en el distrito 9 de París. Para ser más exactos, en la Cité Bergère, una suerte de calle privada muy a mano de la Ópera Garnier, de los teatros y cines que salpican los grandes bulevares de la ciudad y de los míticos pasajes cubiertos para pasar horas hurgando en librerías y anticuarios, revisando percheros en boutiques, o probando platos en alguno de los neo-bistrots más a la moda.

En el número 14 de esa calle secreta, de arquitectura incambiada desde el 1800, se alza la boutique Cinabre: una maison de luxe fundada por Alexandre Chappelier, célebre por sus foulards y corbatas (las usa el mismísimo presidente de la República), por sus accesorios para la casa, por sus robes de chambre y por su papelería, entre otras tantas tentaciones. La tienda abrió en 2011 y en poco tiempo devino destino de culto capaz de atraer por igual a jóvenes y veteranos, a clásicos y bohemios.

La flamante vuelta de tuerca de ese espacio algo híbrido que ya habitaban la boutique y el atelier de Chappelier, consiste en la adición de dos suites de tamaño extra large, ambientadas en colaboración con el estudio Necchi Architecture, que ocupan dos de los cuatro pisos del edificio y ya están prontas para recibir huéspedes. Son totalmente distintas una de la otra, pero tienen en común las camas y colchones hechos a mano por la firma sueca Hästens, los muy bien provistos cocktail bars, los tocadiscos vintage y la colección de vinilos del dueño de casa.

La suite 1 tiene un distribución más abierta, colores claros, maderas lustradas en el living y el comedor, acero inoxidable en la cocina y hasta un pequeño jardín de invierno con palmeras; mientras la suite 2 destaca por el estampado floral Oriental del living, el canapé de siete metros de largo, el baño revestido en madera y el terciopelo azul profundo que envuelve el comedor. En ambos casos, bañeras y duchas para dos, servicio de conserjería con sólo levantar el teléfono, desayuno servido en la habitación y Home Cinema nutrido de plataformas de streaming varias.

El menú de servicios puede incluir, si el viajero lo desea, chef a domicilio, masajes en la suite, una Black-Tie Hotline para salir de apuros en caso de una fiesta y acceso al reputado Club du Jeu de Paume de París. Voilà!