MONTEVIDEO X INTHAMOUSSÚ
Mientras el turismo mundial sigue entre paréntesis, inauguramos un espacio enteramente dedicado a La Muy Fiel y Reconquistadora. El nuevo paseo guiado por Montevideo lo estrena Martín Inthamoussú, presidente del SODRE, que aquí revela en 20 respuestas sus gustos (y disgustos) urbanos.
¿Cuál es su lugar favorito de Montevideo y por qué?
La rambla, sin duda alguna. En particular la del Parque Rodó. Esa foto tan característica de nuestra ciudad es una de las imágenes que siempre extrañé más cuando estaba fuera de Uruguay. Para mí es la paz representada en una postal.
¿La mejor vista de la ciudad?
La que se ve desde el aire. Cuando venís en avión y está por aterrizar, viniendo desde el oeste hacia el aeropuerto. Esa vista es espectacular: una ciudad no muy alta, organizada pero a la vez con mucha diversidad, pequeña con bastante verde. Cada vez que viajo y regreso a Uruguay es la foto que estoy esperando.
¿La calle más linda?
Me gusta mucho una que asocio con mi niñez. La avenida Joaquín Suárez en el Prado. Recomiendo recorrerla desde Agraciada, con su plaza, y desde allí seguir hacia el Prado. Es cambiante y en algunos tramos aún conserva el espíritu de barrio de antes. Creo que está muy vinculada a mi niñez, entonces es una calle de recuerdos bellos, cargada de esas historias. La arquitectura es vivible cuando se carga de experiencias emocionales que le suman sentido a un banco, a una plaza, a una cuadra. Y eso es lo que me pasa a mí con Suárez.
¿El monumento o la estatua que más le gusta?
La fuente que está en la plaza Matriz. Hay mucho signo, muchas lecturas posibles, mucha simbología. Veo poca gente que se pare a observarla, quizás por el lugar donde está la plaza, pero de vez en cuando ves a alguien que se detiene y la “lee”. Ese momento, como decía en la respuesta anterior, resignifica la fuente.
¿El edificio más bello?
Me gusta mucho el Palacio Taranco: cada habitación, cada ornamento, cada puerta, cada mueble. He podido entrar en muchas oportunidades y siempre le encuentro algo nuevo. Además, su enclave potencia la mirada del espacio. No se puede ver el Taranco sin su plaza Zabala, que parece una extensión de su jardín.
¿Y el más feo?
No creo que haya un lugar tan feo que no valga la pena visitarlo. Si lo veo desde la perspectiva de la sensibilidad, creo que hay muchos lugares que hoy me parecen feos o bien porque su historia no ha sido positiva en mi vida, o bien porque directamente no tienen historia para mí. No sería justo decir que hay un edificio o un espacio que es feo y que no vale la pena darle una oportunidad desde otra nueva mirada.
Un lugar de la ciudad que ya no existe y que usted extraña especialmente
Había una hermosa casa frente a Kibón, en la rambla. Era otra de esas casas que uno siempre se imaginaba cómo sería por dentro. Ya no está. Ahora está en construcción algo nuevo. Extraño imaginarme el interior de esa casa, como me pasa con varios edificios que no conozco por dentro. Me dan pena esas situaciones y, más allá de lo emocional, me parece triste desde el punto de vista patrimonial.
¿Un secreto urbano que valga la pena compartir?
Otoño es ideal para el parque que rodea el Carrasco Lawn Tennis. El dorado que da sobre los árboles genera una serie de colores hermosos. Creo que no tenemos muy en cuenta ese parque como espacio verde para visitar y realmente vale la pena. Lo recomiendo particularmente en otoño.
¿Cuál es su restaurante preferido a la hora de comer fuera de casa?
Varios, pero me gusta mucho Manzanar, detrás del hotel Sofitel, en Carrasco. Su arquitectura, la gente que allí trabaja y, obviamente, la comida.
¿El mejor sitio para tomar un café?
La Madriguera, también en Carrasco, o La Farmacia, en Ciudad Vieja. Baristas realmente superiores con un conocimiento del arte del café que marca la diferencia.
¿Y para ir por un trago y/o diversión nocturna?
Asencio, en Arocena. Es muy rico también para comer, pero me gusta mucho su opción de bar para tomar algo y relajarte. Tienen una versión del clásico mojito que es muy interesante.
¿Una tienda, comercio o similar para saciar un impulso consumista?
Escaramuza. Me gusta la librería, la tienda para comprar cosas para llevar, el restaurante, todo. Es un hermoso lugar, en el que me siento muy cómodo, porque allí me casé con Guillermo.
¿Qué libro, canción o película viene primero a su mente cuando piensa en Montevideo?
Depende del momento. Ahora, y debido a que el año pasado estuvo muy presente en mi trabajo durante largo período, diría La Tregua, de Mario Benedetti. Tiene algo muy montevideano por sus personajes y sus historias. Quizás en otro momento diría otro libro, pero ahora, tras lo vivido en 2020, pienso en La Tregua.
¿Cuál es su museo favorito de la ciudad?
¡Esta es muy fácil! El Museo Nacional de Artes Visuales, en el Parque Rodó, es mi espacio favorito. La arquitectura y el parque son maravillosos, y luego la delicada y desafiante propuesta de la mano de Enrique Aguerre hace que ese museo siempre pueda sorprenderme y me desafíe a mirar nuevos artistas o a ver con nuevos ojos alguno conocido.
¿Y su sala preferida para ver cine, escuchar música o asistir al teatro?
En casa, la Sala Fabini del Auditorio Nacional del SODRE. No me canso de verla, de admirarla y de descubrirla. Recomiendo leer La Sala Transparente para conocer más ese espacio. Soy amigo de Isidoro Singer, uno de los arquitectos que llevaron adelante la obra. Es excepcional como pensaron el edificio a escala humana.
Si tuviera que elegir tres lugares representativos de la ciudad para mostrarle a un extranjero de visita, ¿cuáles elegiría?
Primero la escollera Sarandí, caminando desde el Centro, con algún desvío para entender la Ciudad Vieja. Luego le mostraría el Prado, con su Jardín Botánico, por una cuestión más emocional que tiene que ver con mi historia de vida. Y finalmente no puede faltar la rambla, desde Pocitos hasta el Parque Rodó.
¿Y qué le regalaría como souvenir montevideano para que se llevara de regreso en su valija?
El libro Rambla, de Editorial Aguaclara.
Según su punto de vista: ¿qué le falta a Montevideo?
Nos falta, y es una respuesta que ya aburre, un mejor transporte público. Un tranvía que comunique arterias montevideanas y/o el área metropolitana. Me gustaría una ciudad con más transporte limpio y sostenible.
¿Y qué le sobra?
¡Autos!
Si tuviera que definir Montevideo con una palabra, esa palabra sería…
Nostalgia. Todo es nostalgia en Montevideo. Todo habla de una época que ya no está. Todos preguntamos cómo era cuando… Es la esencia del montevideano, pero al mismo tiempo es lo que también nos hace ser innovadores en muchos sentidos.