ESTAMBUL RUBÍ
Es probable que Istanbul Kirmizisi, ahora mismo en cartel en Netflix, no pase a la historia del cine. Pero la película propone un deslumbrante paseo visual y sonoro por la ciudad, regodeándose en exteriores e interiores pensados para deleitar a cualquier viajero que sueñe con Estambul. O que quiera recordarla en casa.
La aterciopelada y envolvente voz de Gaye Su Akiol (que también integra el reparto) le pone música a una de las primeras escenas, rodada en un acristalado rascacielos que recorta el horizonte moderno de Estambul, esa ciudad mestiza donde lo nuevo y lo viejo, lo rico y lo pobre, lo limpio y lo sucio se codean a cada paso. Luego la trama sigue los pasos de un escritor que vuelve a su tierra natal tras un tiempo fuera, decidido a ayudar a un amigo cineasta. Aunque la historia adquiere ribetes de thriller y gana ciertas dosis de suspenso con la desaparición de uno de los protagonistas, no se libera de los previsibles lugares comunes que suelen adornar las historias de este tipo: el asalto de la nostalgia y la melancolía, las crisis creativas, el juego de espejos entre personalidades. Pero lo interesante del caso, esta vez, es el despliegue visual con que el director ventila esa historia algo claustrofóbica y lleva de paseo al espectador por buena parte de la ciudad: está el Bósforo, por su puesto, con los puentes que unen Europa y Asia; están los cafés de Karakoy y la torre de Galata, hay museos, cementerios y restaurantes a la vista, e incluso un pantallazo sobre la vida de los refugiados kurdos y las protestas de madres de desaparecidos, condimentando socialmente un film en el que, de alguna manera, la tensión política de la Turquía contemporánea también está presente.
Capítulo aparte merecen los interiores, que respiran Estambul por todos sus poros: el mencionado edificio moderno que permite echar un vistazo a la ciudad del siglo XXI, alejada desde todo punto de vista de Sultanahmet; un seductor y bohemio apartamento en Beyoglou, y el deslumbrante yali rojo de Kanlica en que transcurre buena parte de la acción. Curiosamente, esa mansión a orillas del Bósforo conocida como Hekimbaşı Salih Efendi acaba de ser gravemente dañada por un carguero que surcaba el estrecho, y se espera que la aseguradora británica que la respaldaba costee la millonaria refacción.
La película está dirigida por Ferzan Ozpetek (que antes filmó El baño turco) y protagonizada por Halit Ergenc, un rostro ya conocido en estas latitudes: fue el Onur de la popular telenovela Las mil y una noches.