RUSIA A LA VISTA
Tranquilos: ni estamos hablando de fútbol, ni hay que comprar pasajes a Moscú. Desde el 13 de marzo y hasta el 24 de abril, la vecina y siempre a mano Buenos Aires ofrece la chance de disfrutar del Festival Tarkovski, que entre otras perlas regala una muestra con 80 fotos polaroids del genial cineasta ruso. Solo para exquisitos.
Organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación, el festival que rinde homenaje a Andrei Tarkovski (1932-1986) se desarrolla en tres sedes porteñas con una cartelera en la que no faltanconciertos, conferencias, cursos y proyección de películas. Entre los puntos altos, la presentación del libro Narraciones para cine, una edición de Mardulce que constituye la primera traducción al español de cuentos que originaron películas como Solaris, Stalker, El espejo, Nostalgia y Sacrificio; y la charla que Tarkovski hijo ofrecerá sobre la vida y la obra de su padre.
Luz instantánea, la muestra de 80 polaroids tomadas por el gran director, se exhibe en la Casa Nacional del Bicentenario (Riobamba 985) y revela imágenes de sus últimos años en Rusia antes del exilio y de un viaje por Italia. En ambos casos, las fotografías dan cuenta del mundo íntimo del creador y retratan una atmósfera al parecer tan hipnótica y onírica como sus películas. En declaraciones a Clarín, el argentino Daniel Rosenfeld, uno de los organizadores de la muestra, ha dicho que esas imágenes “transportan, son de ensueño, hay algo fantasmagórico, de nostalgia y se ven colores extraños: verdes muy intensos, nieblas o personajes enigmáticos… En cada una se puede encontrar un sentimiento o una historia”.
Fue el guionista y poeta italiano Tonino Guerra quien le regaló la cámara Polaroid a Tarkovski, cuando el artista ruso viajó a su país para preparar el rodaje de Nostalgia, a fines de los 70. “Utilizó estas polaroids para capturar algunas imágenes del campo ruso, de su casa y de la familia, para poder emplearlas después en la preparación de la película. En realidad, estas fotografías se convirtieron en el único vestigio tangible de los recuerdos de su tierra, cuando, al final de la realización de Nostalgia, decide permanecer exiliado en Italia”, contó el hijo del cineasta a El País de Madrid tiempo atrás.
Tarkovski, que murió con apenas 54 años, realizó menos de diez películas en 25 años de carrera. Vivió exiliado en Italia, Suecia y Francia. Murió en París, a poco de terminar su obra maestra, Sacrificio, y fue enterrado en el cementerio para inmigrantes rusos de Sainte Geneviève des Bois. Su lápida funeraria reza: “Al hombre que vio el ángel”. Un vistazo a esta exposición puede suponer un viaje dentro del viaje, una aproximación originalísima a la sensibilidad de un director sensorial si los hubo, un paseo visual que al parecer está acompañado de una banda sonora tan envolvente como las imágenes.