CHECK IN: CECILIA BONINO
Conduce Algo que decir en La Tele y Quién te dice en Del Sol FM. También es madre de tres hijos y autora del libro La mujer que ríe y el hombre que agradece. En cualquier caso, el perfil de periodista y comunicadora de Cecilia Bonino es más conocido que su faceta viajera, que aquí revela con 20 respuestas que nos llevan de Gualeguaychú al Tíbet y de Uruguayana al Titicaca.
Para empezar, ¿cuál es el primer viaje fuera de fronteras que atesora su memoria?
Mi memoria no está segura del todo, pero se debate entre Gualeguaychú y Uruguayana. Viajes cortos y fronterizos que hicimos en familia, con mis padres y dos hermanos. Gualeguaychú se volvió luego un destino recurrente ya que vivíamos cerca, en el departamento de Río Negro, e íbamos por el día. Y como me crié en el medio del campo, cuando se anunciaba un paseo a esa pequeña ciudad argentina yo me emocionaba como si fuera a pisar Times Square.
¿A qué lugar del mundo quisiera volver una y otra vez?
A la mayoría de los que visité, pasando por los clásicos París, Nueva York, Toscana, Machu Picchu… Pero últimamente me ha invadido un apuro importante por salir a ver todo el resto. Lo que jamás pisé y quizá nunca vea.
¿Cuál es el mejor hotel en el que se haya alojado?
Es más fácil recordar el peor: uno barato de Londres. La moquete que cubría enteramente el piso estaba siempre húmeda, con eso te digo todo.
¿Y el mejor restaurante en el que se haya sentado a comer?
Un muro sobre el Sena, en París, una noche de calor y alegre bullicio.
Describa el almuerzo o la cena más memorable de su último viaje.
Una noche de verano, una mesa sobre el pasto rodeada de olivos… y un vino inmejorable.
Evoque un museo, un cuadro o cualquier otro encuentro con el arte que la haya conmovido especialmente andando por el mundo.
Hace un tiempo conocí la Fundación Louis Vuitton en París, un edificio fascinante construido por Frank Gehry, que logra un juego de luces y sombras increíbles, planos superpuestos y laberintos de modernidad. Una obra arquitectónica que se recibe en cuerpo y alma. También la pequeña galería Martine Gossieaux, donde había una exposición de Sempé y el perro de la dueña dormía sobre una bergère en un costado.
Mencione un libro, una película y/o un disco que la hayan inspirado a viajar a algún lugar.
Rayuela, de Cortázar, a París.
¿Qué destino la desilusionó por completo o no estuvo a la altura de sus expectativas? ¿Por qué?
Natal, en el nordeste de Brasil. Nunca me había pasado de cambiar un pasaje y volverme antes. Me pareció desolador el panorama de turistas adinerados del norte comprando sexo de niñas locales a toda hora y en plena vía pública.
¿Qué es lo que no puede faltar en su valija cuando sale de viaje?
Championes y secador de pelo.
Mencione uno, dos o tres souvenirs de viajes que ocupen un lugar importante en su casa y en su corazón.
No son exactamente un souvenir, pero compro y regalo libretas y libretitas en todas sus formas y colores: grandes, chicas, con hojas de papel reciclado, Moleskine, en fin… es adictivo.
El viaje perfecto es: ¿sola, en pareja, en familia, con amigos o en grupo?
En pareja. No me hacen gracia los grupos donde todos discuten dónde ir, dónde comer, a qué hora salir… uff.
¿Cuál es, para usted, la calle más linda del mundo?
Espero que la que conozca en el próximo viaje.
Un rincón del planeta especialmente recomendable para deslumbrar la vista.
El lago Titicaca. Fue un viaje que hice a los 20 años y me marcó para siempre.
¿El olfato?
Mmmm…
¿El oído?
Un bar en el Greenwich Village.
¿El gusto?
Montalcino: olivas generosas, aceites cargados, tomates rojos y gustosos como los de la infancia y esa mozzarella de búfala que me hacen un bien...
¿Y el tacto?
El agua del Caribe.
Si pudiera convencer a una celebridad internacional, de cualquier tipo, para que la guiara por el lugar donde vive, ¿a quién elegiría y qué le pediría que le mostrara?
A un lama, para que me guíe por el Tíbet.
¿Cuál es el destino pendiente que ahora mismo la obsesiona?
Asia, de punta a punta.
Cuando vuelve de viaje Montevideo le parece…
Gris.