ATENAS EN PLAN BOUTIQUE

Se llama Monsieur Didot -The Residence, y aunque parece la vieja casa privada de un intelectual muy viajado, es un flamante hotel boutique en la capital griega. Se esconde en la frontera entre Kolonaki y Exarchia, dos barrios muy a la moda, y despliega todo el encanto del sabor clásico y el lujo discreto. Pasen y vean.

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Aunque el leit motiv del lugar es un personaje de ficción, el bautismo del hotel no deja de ser un homenaje a una familia francesa de editores, impresores y tipógrafos que datan del siglo XVIII, y muy especialmente a Ambroise Firmin Didot, de quien toma su nombre la propia calle Didotou en que se alza el lugar. 

De la restauración de la casa, que data de principios del siglo XX, se ocupó la firma local BaBatchas Design Studio, que supo incorporar una vuelta de tuerca contemporánea sin dejar de respetar la impronta neoclásica de su arquitectura. Las obras se aferraron a los métodos tradicionales y a los materiales naturales, aunque al cabo de las mismas algunos accesos y orientaciones fueron modificados para adaptar la casa a su nueva función y se sumaron puertas secretas y pasajes ocultos para redondear el efecto algo místico del lugar.

Los pisos de parquet, las molduras decorativas y los mármoles fueron cuidadosamente recuperados. Se sumaron muebles a medida inspirados en el estilo modernista de mediados del siglo XX, lámparas de cerámica hechas a mano, colgantes ornamentales y otros detalles para subrayar el contraste entre lo viejo y lo nuevo, la pluralidad de texturas y la variedad de formas.

A los efectos funcionales, el pequeño hotel cuenta con dos suites en la planta baja, tres habitaciones en el primer piso (que unidas funcionan también como un tentador apartamento privado), y una habitación extra en el segundo, amén de una terraza privada para los huéspedes. Un generoso despliegue de libros, pinturas y objetos decorativos reafirma el aire residencial del lugar, que huele mucho más a la hospitalaria casa del señor Didot que a un impersonal hotel. 

Un par de secretos más: la casa queda apenas a cinco minutos de la estación de metro de Panepistimio, John Lennon y Yoko Ono supieron habitarla durante una visita de incógnito a la ciudad, tiene muy a mano un rosario de cafés, restaurantes, museos, tiendas y librerías ignorados por las multitudes que no tienen tiempo más que para visitar el Partenón… y sirve el desayuno (muy griego y muy orgánico) en las habitaciones. ¿Qué tal?

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