TESOROS DESEMPOLVADOS EN VIENA

La idea suena fascinante: el Museo de Historia del Arte de la capital austríaca convocó a una extraña pareja, la del director de cine Wes Anderson y su mujer, la escritora e ilustradora Juman Malouf, para que metieran mano en sus colecciones y armaran libremente una exposición que acaba de inaugurarse. ¿De qué se trata?

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No es la primera vez que el Kunsthistorisches Museum hace algo así. En 2012 había invitado al pintor americano Ed Ruscha a que seleccionara piezas de su vastísima colección para la muestra Los antiguos nos robaron todas las grandes ideas, y en 2016 hizo lo propio con el ceramista y escritor británico Edmund de Waal, quien tuvo a su cargo la curaduría de una exposición llamada Durante la noche.

Ahora es el turno de dos nuevos invitados de lujo: la escritora e ilustradora de origen libanés Juman Malouf y su pareja, el célebre cineasta estadounidense Wes Anderson (Viaje a Darjeeling y El gran hotel Budapest, entre otros films), que el 6 de noviembre inauguraron en el gran museo vienés su muestra La momia de una musaraña en un sarcófago y otros tesoros.

Asistidos por el nutrido elenco de conservadores y curadores de la casa, Anderson y Malouf se entregaron a la faena de seleccionar, con toda la libertad y arbitrariedad del caso, algo más de 400 objetos extraídos de 14 colecciones históricas de célebres museos austríacos: antigüedades griegas, romanas y egipcias; pinturas de grandes maestros, objetos del tesoro imperial, monedas, instrumentos, armaduras, piezas del Museo del Teatro, vehículos del Museo de Carruajes y hasta animales del Museo de Historia Natural. La tarea supuso dos años de concentrado trabajo y varios viajes a Viena, ciudad que ambos ya conocían muy bien.

El resultado es un caprichoso recorrido a través de un acervo que abarca, para decirlo en números redondos, unos 5 mil años de historia: desde el collar de cuentas de cerámicas proveniente del Antiguo Egipto que constituye la pieza más antigua, hasta un mono tallado en madera de la Indonesia contemporánea, que es el objeto más actual. Más de la mitad de las piezas que se exhiben nunca habían sido mostradas al público. La cabalgata de sorpresas incluye salas codificadas por colores, habitaciones en las que se destacan los animales exóticos y cuartos dedicadas a niños aristócratas, entre otras rarezas que resultarán familiares para los seguidores del director. 

Por cierto, la mano de la pareja se nota no sólo en la selección de las piezas sino además en el formato de la muestra y en la estética con la que todo ha sido presentado. En palabras de la directora del museo, Sabine Haag, es de esperar que “este proyecto espectacular inspire a nuestros visitantes y les permita ver bajo una nueva luz nuestras colecciones”. 

La muestra, en cartel hasta fines de abril, se realiza en colaboración con la Fundación Prada, que la acogerá en Milán a partir de octubre de 2019.