CUARENTENA POÉTICA EN PADUA
Ya era un hotel en cuarentena, abandonado desde 1997. Pero hace un par de meses Simone Berno decidió usar sus decadentes instalaciones para ambientar una curiosa instalación artística. Su proyecto, bautizado como Poetic Hotel, sólo puede visitarse virtualmente. Y parece perfecto para este tiempo de puertas cerradas.
En pocas palabras, es una instalación artística puertas adentro de un albergo abandonado (que supo ser locanda) en Padua, al norte de Italia. Las habitaciones, que no fueron tocadas desde el cierre y por ello mismo exhalan todo su aire de decadencia, se convirtieron en espacios de arte contemporáneo con la adición de pinturas, fotografías, esculturas, videos, arte callejero, performances y otros formatos artísticos, incluyendo la literatura: de hecho, la primera intervención, realizada en diciembre de 2019, consistió en cubrir de poemas impresos toda una habitación.
Dos vueltas de tuerca hacen aun más curioso el proyecto: desde el comienzo, algo antes del desembarco del coronavirus, el hotel sólo puede visitarse virtualmente; y todas las obras de arte, cedidas expresamente por sus autores, también quedarán abandonadas en el lugar.
Simone Berno, el artista cuarentón que está al frente del proyecto, contó con la colaboración de unos 30 colegas italianos. Al margen de todo circuito de galerías de arte y de hoteles para turistas, el Poetic Hotel se presenta como un paradigma del arte experimental y de vanguardia, donde la expresión artística se vive como una experiencia global que propone al visitante una inmersión absoluta: sin guía, sin orientación, sin interferencias.
Autodefinido como “persona artística”, el Poetic Hotel también tiene su manifiesto y sus reglas claras: nada puede ser eliminado ni comprado, y dado que las únicas visitas permitidas son virtuales (a través de distintas plataformas y redes sociales), la afluencia de público no pone en peligro el microclima generado tras 23 años de abandono.
Para más datos, Berno ha llegado a un acuerdo con el propietario del edificio, que no tiene interés alguno en remodelar el hotel. Así las cosas, sólo resta esperar que el tiempo haga su trabajo. Las obras de arte también permanecerán allí hasta que llegue la hora de la demolición, momento en que la idea del Poetic Hotel alcanzará su punto culminante.