AMSTERDAM CELEBRA A REMBRANDT

A 350 años de la muerte del gran maestro del Siglo de Oro, el célebre Rijksmuseum despliega buena parte de su acervo del pintor holandés: una veintena de grandes cuadros, 60 dibujos y 300 grabados componen esta retrospectiva total en cartel hasta el 10 de junio en Amsterdam.

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En palabras de Jonathan Bikker, conservador del museo y autor de Rembrandt: biografía de un rebelde, el homenajeado fue “el primer hereje del arte”. Un pintor que rompió las reglas, por ejemplo, pintando desnudos femeninos que no estaban inspirados en diosas griegas sino en sufridas trabajadoras o arrugadas ancianas. Taco Dibbits, director del Rijksmuseum, lo define como “el pintor del pueblo”, y cree que el éxito de Todos los Rembrandts (tal como se llama la muestra) descansará en la enorme identificación que varias generaciones sienten cuando miran un cuadro suyo: “nos pinta como somos y por eso nos vemos reflejados en sus caras”. 

La ronda de la noche, La novia judía, Jeremías lamentando la destrucción de Jerusalén y los retratos nupciales de Maarten y Oopjen Soolmans están allí, claro; aunque el énfasis de esta retrospectiva está puesto en dibujos y grabados rara vez exhibidos al público, en su gran mayoría trabajos en blanco y negro de pequeño formato.

Los cuadros abarcan toda la trayectoria de Rembrandt, desde un primer y juvenil autorretrato hasta otro tardío en que el artista aparece representado como el apóstol Pablo. Dividida en secciones temáticas, la muestra invita al público a relacionar la obra del artista con su vida privada, deteniéndose en aspectos de su entorno familiar, en los juegos de miradas que solía proponerle al espectador o en su inspiración religiosa, pero identificando siempre como gran hilo conductor los temas más comunes a los que solía volver una y otra vez. Como afirmó el curador Gregor Weber en la inauguración de la muestra, “las arrugas eran su juguete favorito”.